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Acerca del amor al prójimo

    Buen samaritano

    La lengua se me había pegado al paladar, volaba de fiebre y me ahogaban las palpitaciones. Ya no había esperanzas para mí, incluso había abandonado la idea de intentar salvarme; completamente rendido, tirado junto al camino que va de Jerusalén a Jericó, mal herido y sediento. Oí un caballo aproximándose que luego frenó junto a mí a la voz de alto de quien lo montaba. El hombre descendió de su cabalgadura, se arrodilló, me limpió el rostro con su manto y me dio de beber.

    —¿Por qué lo has hecho? —le consulté mientras trataba de sentarme—, no creo merecerlo, no soy lo que se dice un “buen hombre”.

    —¿Quién es bueno?

    —¿Usted?

    —¿Sólo porque acudí a ayudarte?

    —Yo soy un samaritano y usted, siendo judío, viene a ayudarme…

    —Eso no me hace bueno, usted no me conoce; sólo hay uno bueno y es el que está en los cielos.

    —¿Usted es maestro?

    —Podría decirse…

    —¿Cree que Dios me castigó por mi maldad?

    —No, creo que tu propia maldad te castigó y Dios te rescata hoy porque él sí es bueno.

    Le di la razón y luego me preguntó si quería ir a una posada, que él podría llevarme en su caballo. Me sentí apenado, intenté resistirme diciéndole que jamás podría pagarle aquel gran favor. Pero el hombre hizo como si no me escuchara.

    —¿Necesitas ayuda para levantarte?

    —No, está bien, creo que puedo por mí mismo ¿Puedo preguntarte algo más?

    —Sí, claro.

    —Hace unos días escuché sobre un maestro judío que hace milagros y prodigios maravillosos y que enseña cosas asombrosas, incluso algunos han llegado a decir que podría tratarse del Mesías; ¿acaso?…

    —No, yo no soy el Mesías, simplemente soy un intérprete de la Ley, un escriba, pero he tenido la oportunidad de hablar con él y en verdad es todo lo que has dicho y tal vez mucho más.

    —Entiendo. Después de esto, ¿crees que pueda hacer algo por ti?

    —Sí, hay algo que puedes hacer, cuando te repongas, ve y haz con otros lo mismo que yo hice contigo, esto es lo que me encomendó que hiciera el Maestro de Israel cuando en cierta ocasión me dio una gran lección acerca del amor al prójimo.

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    Basado en Lucas 10: 25-37

     
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    Sebastián Colotto

    Es de La Plata, donde estudió la Carrera de Periodismo y Comunicación Social en la UNLP. Está casado. Es escritor, autor del blog "libro Itinerante" y del libro de cuentos cortos "En la orilla". Es co-fundador de la Asociación Civil Ecclesia Joven y editor de Siempre Reformándose.

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    Es de La Plata, donde estudió la Carrera de Periodismo y Comunicación Social en la UNLP. Está casado. Es escritor, autor del blog "libro Itinerante" y del libro de cuentos cortos "En la orilla". Es co-fundador de la Asociación Civil Ecclesia Joven y editor de Siempre Reformándose.

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