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Pascua: Recordar y Amar

    Pascua

    Por: Leandro Berguesi.

    Dios habló, y dio a conocer todos estos mandamientos: “Yo soy el Señor tu Dios. Yo te saqué de Egipto, del país donde eras esclavo” (Éxodo 20:1-2).

    Este es el primer mandamiento según el decálogo de Éxodo 20, un mandamiento raro porque en principio parece no dar una orden clara, ni de hacer, ni de no hacer. Pero Moisés nos ayuda a entender un poco, en Deuteronomio 6: 12, dice: “cuídate de no olvidarte del Señor, que te sacó de Egipto, la tierra donde viviste en esclavitud”. Al parecer, el primer mandamiento que Dios le dio al pueblo de Israel es no olvidarse de Dios y de lo que Él había hecho por ellos ¿Tiene sentido este mandamiento para los gentiles, o solo está dirigido para quienes salieron de Egipto?

    Otro problema que se nos presenta al hablar del primer mandamiento está vinculado a la pregunta que le hacen a Jesús acerca del mandamiento más importante. Tanto en Marcos 12: 28 como en Mateo 22: 36 podemos leer “cuál es el primer mandamiento”, aunque la pregunta no está relacionada con un orden secuencial, “primer” debería entenderse como “principal”, a lo que Jesús responde citando el Shema Israel de Deuteronomio 6 y no el decálogo de Éxodo 20.

    Entonces tenemos el primer mandamiento en Éxodo que apunta a RECORDAR, y el mandamiento más importante en Deuteronomio que nos llama a AMAR.

    Esta distinción no es menor y está directamente vinculada tanto con la pascua judía como con la pascua cristiana. Por un loda podemos decir que la pascua judía consiste en recordar: “Este es un día que por ley deberán conmemorar siempre. Es una fiesta en honor del Señor, y las generaciones futuras deberán celebrarla”. Por otro lado, la pascua para el cristianismo está centrada en la “Pasión de Cristo”, una denominación convencional utilizada para englobar los sucesos protagonizados por Jesús entre la última cena, su crucifixión, muerte y resurrección.

    Esta Pasión está motivada en Jesús por los dos mandamientos más importantes y es el cumplimiento cabal de dichos mandamientos: 

    Jesús le contestó:

    —El más importante es: “Oye, Israel. El Señor nuestro Dios es el único Señor —contestó Jesús—. Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas”. El segundo es: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”. No hay otro mandamiento más importante que estos.

    (Marcos 12: 29-31).

    Una sola pascua

    A decir verdad hay una sola pascua, que tiene tres instancias: empezó con la salida del pueblo de Israel en Egipto, continuó con el advenimiento del Mesías, su muerte y resurrección, y terminara con la segunda venida del Mesías en el Reino de Dios:

    “Entonces les dijo: He tenido muchísimos deseos de comer esta Pascua con ustedes antes de padecer, pues les digo que no volveré a comerla hasta que tenga su pleno cumplimiento en el reino de Dios”

    (Lucas 22:15-16).

    Finalmente parece que seguiremos celebrando la pascua en el mundo venidero nada más ni nada menos que con el Señor en la mesa. Del mismo modo que los judíos, al finalizar cada pascua suelen decir: “el próximo año en Jerusalén”, nosotor bien podríamos decir: “el próximo año en el Reino de los Cielos”.

    La primera pascua se cumplió en la primera venida del Mesías, y la segunda pascua se va a cumplir con la segunda venida, bien lo relata el texto bíblico en 1 de Corintios 11: 26 “Porque cada vez que comen este pan y beben de esta copa, proclaman la muerte del Señor hasta que él venga”.

    Nuestra pascua se encuentra en el medio: debe mirar al pasado para recordar la salida de Egipto porque allí comenzó todo; pero también debe mirar al presente, anunciando la muerte y la resurrección del Señor y al futuro, esperando y proclamando con fe la segunda venida cuando el proceso de redención tenga su cumplimiento pleno.

    Que cada año podamos meditar en estas tres instancias: recordar quién es el Señor, lo que hizo con el pueblo de Israel, lo cual también tiene un paralelo con nuestra libertad del pecado. Que podamos meditar en la pasión de Jesús, valorar su sacrificio en la cruz e imitar su amor por Dios y por el prójimo y finalmente que podamos proclamar con poder:

     

    ¡MARANATA, EL SEÑOR VIENE!

    2 pensamientos en “Pascua: Recordar y Amar”

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