Se juntan en la plaza, se palmean unos a otros, se citan de adelante y para atrás versos del gran libro, todo es risas hasta que pasa una mujer corriendo, inmediatamente se agachan y juntan piedras al grito de “ella es piedra de tropiezo para los siervos del creador”. Ella grita desesperada pidiendo piedad, otras mujeres que la ven pasar se indignan aún más mirándola de arriba hacia abajo y arengan a los grandes hombres del creador para que le den caza. Al agotar sus fuerzas, sus piernas flaquean y cae al suelo, se lastima las rodillas, los codos, las palmas de la mano, se llena de polvo y su ropa se rompe, pierde su calzado. En ese momento crítico, alguien a quien no merezco ni atarle las cuerdas de sus sandalias pisa firme delante de aquella mujer y dice: “Hoy vamos a hablar acerca del machismo, ese concepto tan presente en los últimos años”.
No voy a tratarlo desde la marketinera óptica donde se ataca la fe y creencias espirituales buscando parecer irreverentes sin cambiar el status quo. Tal vez en otra oportunidad le de un escrito a la vertiente de progresismo tímido que busca ser transgresor tirándole piedras a leones viejos y drogados de zoológico “carteleando” que el único león que ilumina es el que arde… En esta oportunidad voy a tratar a mis compañeros de fe, es decir que para aquellos que no comparten mi fe y mis creencias probablemente no entiendan aun cuando crean haber comprendido.
Los de afuera nos han acusado de ser machistas, algunos han ido más lejos y han establecido que los hombres machistas crearon a un dios machista a su imagen y semejanza, y esto se ve reflejado en los textos bíblicos. Este argumento es perfecto para los que juegan al ateísmo pues les da el pie para inferir cómo los textos son simples letras humanas inspiradas por la carne humana, carente de espiritualidad, mucho menos de una deidad obrante.
Sin embargo al escudriñar los textos sin malicia uno puede ver claramente que todo se trata de redención, de una constante misericordia y quebranto de las reglas humanas. Un amor tan grande que cachetea las pasiones humanas, pasiones que nacen de una vida sin consideración espiritual, sin una relación con su creador, por ende mucho menos con sus semejantes, con su prójimo.
El texto introductorio está basado en un pasaje bíblico, donde le traen una mujer sorprendida en adulterio a Jesús y este escandalosamente rompe con lo esperado, con la cultura de la época, con las modas del momento, con los carteles, banderas y caras de circunstancias para selfies del momento.
Este Jesús rompiendo la tendencia, interpretando correctamente la ley divina escribe algo en el suelo. Los que trajeron a esa mujer eran hombres que sabían punto y coma de la ley, de las tradiciones, de la “jurisprudencia” de la época, y ante la confrontación del maestro tuvieron que retractarse, y calladitos dar media vuelta y retirarse. Las explicaciones que dan acerca de lo que escribió en el suelo más la frase “aquel que esté libre de pecado que arroje la primer piedra” nos indican que hubo una confrontación al status quo. Lo obvio, la tendencia era que la mujer sería apedreada, pero eso no ocurrió, la misma letra que estaban usando para matarla era la que clarificada por el autor de la misma reflejó las miserias propias de los hombres acusadores.
Eso es lo que hace Jesús, cuando confronta, ilumina de tal manera que toda nuestra vida queda expuesta, allí es cuando uno puede ser orgulloso o humillarse y admitir los errores, eso se llama arrepentimiento. Este arrepentimiento implica un cambio de actitud, es decir ir en la dirección contraria a la que venía. Los hombres dejando las piedras se fueron, la mujer quedó con Jesús, a ella se la redime: “¿dónde están los que te condenaban? no hay ninguno, yo tampoco te condeno” y luego le muestra cómo debe ser el verdadero arrepentimiento: “ve y no lo hagas más”. Los hombres no pasaron por la redención y por el arrepentimiento, ellos solo sintieron culpa. se quedaron a mitad de camino.
No era mi intención hacer un análisis del texto, pero sí considero que vale la pena escudriñarlo para dar paso a las siguientes consideraciones. ¿Es posible que el pensamiento machista efectivamente se haya filtrado dentro de la interpretación de ciertos textos? ¿existe aún en estos días una doctrina, una línea de pensamiento que vaya ligado al machismo? Somos seres sociales y estamos insertos en una sociedad, por lo cual mucha de su influencia está corriendo por nuestras “venas” de pensamiento. La estructura económica, la forma en que hacemos tal o cual cosa está influenciada por la sociedad misma.
El renacido (nacido de nuevo, cristiano en adelante) cree que con su nuevo nacimiento su forma de pensar se resetea, y es así en grandes rasgos pero no así en la totalidad. Con esto no estoy diciendo que sea algo positivo o negativo, porque hay costumbres buenas y sanas que no quebrantan nuestra nueva manera de vivir, como también existen de las otras. Entre tantas líneas de pensamiento, el machismo está latente, no en la forma violenta que quieren pintarlo algunas corrientes de pensamiento alternos. pero sin duda está ahí.
Se ha escuchado aún actualmente que la mujer puede ser piedra de tropiezo a un renacido, ¿qué implica esta afirmación? esta indicándonos que la mujer es un objeto. y allí ya hay una falla porque estamos considerando que una mujer es una cosa, es como un bien y no una persona. Pero además la mujer es considerado un objeto con voluntad propia, por lo cual ella puede ser piedra de tropiezo por decisión propia, al actuar de cierta manera puede ser ese objeto llamado piedra. Los textos indican en todo caso que cualquiera puede ser piedra de tropiezo, esta comparación utiliza a un objeto que no tiene vida, que solo el hecho de estar allí donde está puede hacer que un caminante roce con su calzado tal piedra y ruede por el suelo. La piedra nunca tuvo voluntad de hacer tropezar al caminante, pero por su naturaleza lo ha hecho caer.
En el texto habla, parafraseando, “pobrecito por el que vengan los tropiezos”, no importa la intención, sino que solo importa el hecho en cuestión de hacer caer al caminante. Hasta acá parece que encaja bien en la mujer, una mujer podría ser esa piedra de tropiezo, por lo cual podría atribuírsele la causal de la caída de un hombre ¿Pero qué hay de los hombres?, ¿acaso al hombre no le caben las generales de la ley? ¿no podría el también ser piedra de tropiezo para otros y otras? Este es el principal argumento por el cual se cae en el híbrido cultural de esta tierra, este mundo corrompido nos ha infectado, nacemos con esa infección que debe ser limpiada. Esta infección es el machismo con el cual venimos seteados.
Reitero que no considero que la religión sea machista, ni la búsqueda genuina espiritual lo sea, sino que todo lo contrario, considero que nuestro ADN terrenal podrido con el que venimos viene con esa cultura incorporada. De allí que tendemos a hacer como todos esos hombres que se lanzaron a la plaza a apedrear a la mujer, creyendo firmemente que ella fue piedra de tropiezo para el pobre hombre que cayó como un niño infante.
El buen hombre trata siempre de excusarse, siempre sus faltas cuando son descubiertas se las atribuye a un tercero, a una tercera o al mismísimo creador. En el Génesis, Adán cuando es confrontado por haber desobedecido al mandato de Dios se excusa con un: “la MUJER que TU (Dios) me diste me hizo caer”, repartiendo culpas por todos lados por si acaso, era la mujer y en última instancia Dios mismo quien fue que generó la caída del hombre. Este hombre adánico habiendo desobedecido, haciendo lo que no era agradable a su creador, decide excusarse, ponerse a la misma altura y más que su creador, indicando que la culpa es del género femenino y de quien la formó. A tal punto se yergue atreviéndose a desafiar el juicio de su creador, se considera a sí mismo con la capacidad de determinar lo que es justo o no según su propio criterio. Este pensamiento es el que impera aún en las mentes machistas, y estas aún dentro de los renacidos.
“No fui yo el que cayó en tentación, sino la mujer que se vistió de tal manera, y como yo soy hombre, tu (Dios) me hiciste débil en la carne”. Entonces se pone el renacido aún con la mente de adán a buscar parches que lo eximan a el de toda culpa y cargo. Por ese motivo salen las ideas de que la mujer es provocativa por naturaleza, de que su cuerpo invita al pecado, solo por su cuerpo. Debe cubrírsele para que los ojos de los santos hombres de Dios no queden expuestos a tal martirio. Cree entonces que la mujer debe vestirse de cierta manera, con decoro como dice un pasaje paulino y desde ahí empieza a entretejer un código de vestimenta ignorando o desconociendo el contexto por el cual el escritor de la epístola indicaba tal decoro. Le indica a la mujer hasta dónde debe ir su vestido, si puede o no usar pantalón, si debe o no usar hombros descubiertos, hasta donde debe ser holgado o no tal remera, que colores debe usar y como debe tener su cabello, maquillaje etc.
Han surgido decenas de escuelitas de moda chocando entre sí porque el fanático de las faldas cree que debe llegar hasta los tobillos y se encuentra con el que admite hasta abajo de las rodillas, y juntos se toman a golpes con una tercera escuela del pantalón.
¿Y dónde está el hombre? no lo sabemos, en estas escuelas solo es un anexo o un apartado hipócrita agarrado de los pelos porque lo que importa es el desarrollo de las 666 páginas del manual de la vestimenta femenina. Aún así con todos estos recaudos si el hombre siente atracción por una mujer que no le corresponde, y SOLO si es descubierto con voz en cuello indica que esa mujer fue de piedra de tropiezo, la mujer que creó Dios.
En la sociedad que vivimos se escucha muy fuerte hablar de que las niñas en su preadolescencia provocan, se sacan fotos, usan cierta ropa, etc. Cuando se las asesina, o viola, se habla de cómo estaba vestida, si era varonera, si tenia muchos novios, etc. Hay jueces con toda su carrera en facultades con mucho traje y corbata arguyendo en fallos a favor de abusadores indicando que las niñas provenían de un barrio de escasos recursos y que viven con promiscuidad, por lo cual es un atenuante perfecto para el pobre hombre que sació sus apetitos sexuales.
El hombre renacido que sigue echando la culpa a la mujer es como estos ejemplos, pero con mucha más educación. re vistiéndonos con buenas intenciones intentamos decirles a las niñas que no se vistan de tal manera para que no sufran tales abusos, les decimos a las mujeres que son la piedra de tropiezo para los santos hombres de Dios. y casi de una manera perversa como lo hacen los abusadores manipulamos con la culpa a las mujeres metiendoles en la cabeza que son responsables y culpables de la integridad espiritual del hombre.
Hipócrita ¿porque mides el largo de la pollera de la señorita en lugar de mirar la viga en tu detallista ojo en HD? No me mire con ese ceño fruncido hermano o hermana, está siendo igual que los casos anteriores. y no me arrepiento de ser tan duro en esto, porque se nos llena de sangre la sociedad con niñas, adolescentes y mujeres que sufren el escarmiento del hombre sin dios, puro Adan. ¿Y nosotros vamos a avalar eso solo con buena educacion y palabras edulcoradas diciendo lo mismo que dice el mundo?
La mujer puede vestirse y peinarse y maquillarse como quiera y aun así yo no tengo porque faltarle el respeto, ni mirarla con codicia, ni decirle nada, ni tocarla… ¿Y sabes porque? porque ella es creación de Dios, fue hecha a imagen y semejanza de Dios como lo indica el génesis, así como Adán. Y vuelvo al number one, a ese que no merezco atarle el cordón de sus sandalias, que dijo “oyeron que fue dicho que no cometan adulterio, pues YO (Jesús) les digo que aquel que MIRA a una mujer CODICIÁNDOLA, ya ADULTERÓ en su corazón”.
Pisando fuerte, dejando la huella marcada, este Jesús no habla de la mujer “piedra de tropiezo”, sino que le dice al macho alfa que el responsable es ÉL y sus ojos, ÉL y sus acciones, sus decisiones. Y luego este number one indica que “si tu ojo te es ocasión de caer, sácatelo…” en ningún momento habla de la famosa “mujer piedra de tropiezo”. Es 100% responsabilidad del que mira. Dice otro pasaje que cada uno es tentado (NO POR DIOS) cuando su propia concupiscencia es atraído y seducido. Entonces, ¿cómo podemos decir que una mujer es piedra de tropiezo y me tienta? De ninguna manera, son mis propias pasiones, todo el ADN podrido de este mundo sin Dios, de esta tierra llena de adanes que se le plantan al creador echándole la culpa de todas sus faltas a todo el mundo menos a sí mismos, de los que no reconocen ningún error y esto los cauteriza para seguir cometiendo más pecados y aberraciones.
Toda esa podredumbre con la que nacimos es lo que tiene infectado nuestra mente, y es parte de la renovación de nuestro entendimiento dejar estos razonamientos de muerte y aceptar que la MUJER fue hecha a imagen del Creador, y que debo respetarla como tal, enseñar a los niños, adolescentes, jóvenes y hombres que la mujer debe ser respetada, de que debo ser el modelo de amigo, novio, esposo y padre diferente del Adán sin Dios que se excusa para liberar sus pasiones.
Es nuestra responsabilidad indicar que hay dominio propio, así como para dejar un vicio, dejar las drogas, el alcohol, dejar de robar, de matar, también de dejar el viejo hombre por el cual nacimos seteados para pasar a ser regenerados y revestirnos del nuevo hombre que ve a la mujer como su creador la ve.
Muy bueno!! Comparto el sentimiento, y no solo en el área de la mujer, me tienen cansada las divisiones entre los mismos cristianos!